Típicos errores en la elección de tu equipo fotográfico

Típicos errores en la elección de tu equipo fotográfico

Todos hemos tomado decisiones equivocadas como aficionados a la fotografía o profesionales que de primeras nos parecía la mejor decisión y con el tiempo nos hemos dado cuenta que no era la más adecuada o lo que realmente querías o necesitabas. De esos errores y gracias a la experiencia de miles de alumnos durante años y lo sufrido en carnes propias he ido identificando muchas de esas decisiones incorrectas a la hora de elegir tu cámara y objetivos.

Hay varios tamaños se sensores (Full Frame, APSC, m4/3…) y cada uno tiene sus bondades y desventajas. Elegirlo correctamente para lo que queremos hacer es crucial. Mucha gente opta por una Full Frame porque ha leído, oído o le han dicho que es el mejor, y en demasiados casos son equipos sobredimensionados con muchas funciones y prestaciones que no se van a utilizar nunca. Peso excesivo y ópticas voluminosas, pesadas y caras son sus principales desventajas. Constantemente oigo comentarios del tipo «mi cámara pesa mucho» o «no he traído ese objetivo porque pesa mucho o me cabe en la mochila». Ir a un viaje con un equipo incompleto -por lo general- no es sensato. Es muchísimo más común de lo que pensáis.

¿Realmente necesitas una cámara con sensor Full Frame? Si casi siempre vas a hacer fotografías con luz y rara vez subes de ISO 3200 o no necesitas el mayor desenfoque posible, una APSC o m4/3 te va a dar prestaciones de sobra solo un poco por debajo que en muchas ocasiones si no comparas no vas a notar, especialmente si editas poco tus fotos. Y tendrás un equipo más barato, por lo general mucho más ligero y de tamaño más reducido. Te dará menos pereza sacar la cámara a pasear y harás más fotos sin tantos lamentos. Disfrutarás más.

Un formato Full Frame, por lo general, es adecuado si sueles hacer fotografías con poca luz, quieres el máximo nivel de detalle y calidad en tus fotos o quieres resoluciones muy altas (30 megapíxeles o más) y, sobre todo, si editas tus fotografías. De poco sirve las prestaciones de un Full Frame si no editas tus raw para exprimir su rango dinámico y su recuperación de sombras que es superior -por lo general- al de las APCS. Procesar y utilizarla habitualmente en situaciones complejas de luz es crucial para sacarle el rendimiento a una Full Frame.

Además, hay que «alimentar» a la cámara Full Frame. Esto es tener ópticas adecuadas que expriman las prestaciones del sensor y del enfoque. Y tener varias para que te cubran un rango focal suficientemente amplio. Tener una sola lente (da igual si es un 24-70 f2.8 o un 28-70 f3.5-5.6 de kit) y no tener un gran angular o un tele hará que te pierdas muchas fotografías. Si tu presupuesto no da o no estás dispuesto a ese peso, vete a una buena APSC y aliméntala con varios objetivos más asequibles, ligeros y suficientemente buenos. Son casi más importantes las diferentes ópticas que el cuerpo. Recuerda que el conjunto cámara-óptica esté equilibrado. Disfrutarás más.

Cuando hagáis un cambio de sistema (de APSC a FF por ejemplo) o de marca, aconsejo informarse de qué objetivos hay, sus pesos y sus precios y hagáis una tabla del coste y el peso. Es muy común escuchar que alguien no puede comprar -por ejemplo- el 70-200 f2.8 porque no lo puede pagar y no hay alternativas más económicas (segundas marcas como Sigma o Tamron, o de menores luminosidades).

Un fallo recurrente es comprarse por defectos objetivos pata negra y fijos por su mayor calidad. Insisto que todo depende del uso y el tipo de fotografía que haga cada uno. Viene un poco igual a lo que he comentado de las cámaras. ¿Realmente vas a usar suficientemente ese f2.8 que justifica un peso, tamaño y precio muy superior al de un f4, a uno de luminosidad variable o a un todoterreno? Un objetivo excelente no implica necesariamente que sea el adecuado para todos. Por suerte hoy en día muchos objetivos tienen muy buena calidad y todos no necesitamos ni el enfoque más rápido, ni la máxima luminosidad ni una calidad premium que seguramente no apreciemos el común de los mortales.

Los todoterrenos actuales tipo 24-120, 28-200 y similares de las sin espejo (nada que ver con los réflex que eran flojitos) dan unas prestaciones muy buenas y te permiten tener el rango focal de 2 ópticas en una, aligerar mucho peso y, de paso, evitar tantos cambios de objetivos que tanta pereza da o que hace que te pierdas momentos decisivos por no tener la lente adecuada. La suprema calidad óptica no sirve de nada si no puedes utilizarla cuando lo requieres. Recuerdo a una persona que vino a una de mis actividades fotográficas y que hizo caso omiso de mis recomendaciones y se trajo solo un 35mm f1.4 porque le daba una calidad increíble y se dejó otras lentes mucho más adecuadas. No pudo hacer muchas de las fotos porque se necesitaban focales mucho más variadas. Su elección primando la calidad sobre la versatilidad fue una mala decisión.

Por ejemplo, si te gusta el paisaje o los viajes es mucho más práctico un 70-300 f4-5.6 que un 70-200 f2.8. Pero si te gusta hacer retratos y solo si estás dispuesto a cargar ese peso y volumen, quizá el f2.8 te compense por ese precioso bokeh que nunca tendrá un objetivo menos luminoso. O si quieres utilizar filtros como los degradados y los de densidad neutra y tu gran angular no los admite porque no tiene rosca (como pasa con muchos 14-24, del que ya hay alguno que si admite filtros «normales»). Hay muchos ejemplos pero creo que es bastante significativo. Es como comprarse un coche 4×4 que casi nunca pisa una pista forestal por la que un SUV o un familiar circularía perfectamente y te quejas que consume mucho combustible por carretera y que aparcar es difícil por lo grande que es.

Otro fallo es comprar cámaras de muchos megapíxeles cuando no les vas a dar uso. A igualdad de tecnología (básicamente, cámaras presentadas en años cercanos), a más megapíxeles tendremos mayor resolución, pero mucho mayor ruido debido principalmente al tamaño del pixel. Muchas cámaras de 40 o más megas a ISO 1600 ya adolecen de un ruido para muchos «insoportable». No sé cuántas veces he oído que una Canon R5 o una Sony A7RIV no son adecuadas para fotografiar la Vía Láctea por el ruido que tienen en ISOs altos. ¿Realmente requieres tantos megas para ampliar o editar las fotos con tanto detalle? Con 24 megapíxeles se pueden hacer grandes ampliaciones con muchísima calidad. Y por otro lado, cuantos más megas mejores ópticas has de utilizar porque estos sensores son más exigentes y muchos objetivos fuera de las gamas altas no están pensados para resoluciones tan altas. Todo esto sin contar que casi todas nuestras fotos acaban en las redes sociales muy reducidas en tamaño y recomprimidas salvajemente -entiéndase destrozadas- para verse solo en diminutas pantallas.

Por otro lado, cada vez nos hacemos más mayores y el peso es uno de los mayores enemigos. Dejarse equipo necesario en casa o en el hotel porque pesa no es una buena decisión. O porque no cabe de equipaje de mano en el avión. O no nos cabe en la mochila y dejamos siempre algo que acaba siendo necesario y nos quedamos sin algunas fotos importantes. Y ocurre con demasiada frecuencia.

Recordad la frase «la mejor cámara es la que llevas encima». Más vale un equipo no tan perfecto sobre el papel pero suficientemente bueno con el que te sientes cómodo y lo disfrutas que uno -teóricamente- mejor que no lo usas lo que te gustaría o que no te haga disfrutar lo que debería con respecto a tus expectativas. Pensad cuántas veces has podido hacer una foto rápidamente con el móvil porque es «sacar y disparar» y si hubieras tenido que buscar la cámara, poner el objetivo adecuado y la configuración adecuada, ese instante ya habría ocurrido y no tendrías la foto. La calidad si no consigues la foto no sirve de nada. Seamos prácticos y versátiles y disfrutemos de la fotografía y no de mirar con la lupa los «defectos» de la imagen.

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